De Tragedia Al Triunfo
- Adaptado de Jordie Berndt
- 22 jul 2015
- 3 Min. de lectura
Cualquiera que haya "perdido" un hijo por breve tiempo en un parque concurrido o en una tienda de departamentos, puede atestiguar que no se requiere de mucho para activar nuestros instintos maternales. Estamos en una época en que las amenazas a la seguridad de nuestros hijos parecen acechar en cada esquina, nuestros temores, justificados o no, con facilidad disparan nuestra imaginación.
De forma rutinaria, en nuestro grupo de madres Unidas para Orar clamamos por la seguridad de nuestros hijos, ya sea en la escuela como en su trayecto desde y hacia esta. El año pasado, un niño de primer grado fue atropellado al cruzar la calle para abordar el bus escolar. Todas conocíamos al niño y a su familia, y durante ese día clamamos al Señor por su vida y esperamos noticias de su condición. Más tarde, cuando supimos que había muerto, nuestro dolor individual y colectivo era inmesurable.
Mi corazón clamaba: ¿Por qué, Señor? Habíamos orado por este chico por nombre, ¿cómo pudiste dejarlo morir? ¿no estaba su nombre esculpido en la palma de tus manos?
No sé por qué Dios permitió la muerte de ese niño precioso. Sin embargo, mientras oraba por su familia, el Señor me recordó:
Isaías 55:8-9 (NTV)8
«Mis pensamientos no se parecen en nada a sus pensamientos —dice el Señor—. Y mis caminos están muy por encima de lo que pudieran imaginarse.9 Pues así como los cielos están más altos que la tierra, así mis caminos están más altos que sus caminos y mis pensamientos, más altos que sus pensamientos.
El mismo pasaje que me dio años atrás cuando dos de mis amigos más cercanos murieron en un accidente aéreo.
En d´ias recientes he encontrado consuelo en saber cómo el rey David manejó la muerte de su propio hijo. El pasaje de 2 Samuel 12:15-23 relata que, durate la enfermedad de su hijo, David era un caso perdido. Se negaba a comer o incluso levantarse del suelo. Pero cuando el niño murió, su reacción sorprendió a todos. Se levantó, se baño, se cambio de ropa y salió a adorar al Señor. Cuando sus siervos le preguntaron por su cambio emocional radical, David les explicó que mientras su hijo vivía, ayunaba y lloraba a la espera de que Dios permitiera la vida del niño. "Pero ahora ha muerto, ¿qué razón tengo para ayunar? ¿Acaso puedo devolverle la vida? Yo iré donde él está, aunque él ya no volverá a mí."
Yo iré adonde él está. En esta frase simple David revela su entendimiento de la eternidad. Para los cristianos, la muerte unca es el fin. Y para quienes pierden a sus hijos aquí en la tierra, no puedo hallar una visión más inspiradora que una reunión celestial con sus seres queridos. Nuestros dolores y penas terrenales pueden parecer interminables, pero, como el rey David debió saber, no se comparan con el gozo ilimitado de la vida en el "otro lado".
Principio De Oración
Siempre puedes orar con confianza y saber que lo que Satanás maquina para dañar. Dios lo utiliza para el bien aun cuando el ojo humano no ve ninguna posibilidad de cambiar la trajedia en triunfo.

Dios puede convertir una tragedia en triunfo. Lo hace de manera constante para quienes lo aman.
Quizá no exista otro lugar donde esa transformación sea más evidente que la secundaria Columbine, donde doce adolescentes y un maestro murieron en manos de dos estudiantes armados el 20 de abril de 1999. Asila Long, líder del grupo de Madres Unidas para orar en Culumbine, escibió lo siguiente:
Habíamos orado para que Columbine fuera una luz para el resto del mundo. Dios respondió nuestras oraciones más allá de lo que pudimos imaginarnos. En toda mi vida, nunca había visto a Dios obrar de manera tan evidente...
Las personas indiferentes s Dios, las personas que se preguntaban quién era Dios, aquellos que lo habían dejado de lado ahora vuelven a pensar en él. Hasta estudiantes de corazón duro decián: "Ví a Dios en Columbine". Nuestra visión limitada ha desaparecido al ver al Señor en acción y saber que "era Dios"
...Lo que Satanás maquinó para destrucción, Dios lo restauró cien veces. En luar de perder hijos en la escuela, el Señor ha incrementado su redil.
Mi mensaje a las madres es que sigan orando. Él está ahí. No las olvidará.
Oraciones Que Puedes Utilizar
Padre Celestial
Permítele a ........................ alegrarse y buscar refugio en ti; que cante siempre jubiloso. extiende tu protección sobre.................. y que en ti se regocije.
Salmo 5:11
Señor, tú eres fiel, por favor, fortecele a ..................... y protégelo del maligno.
2 Tesalonicenses 3:3
Dale la victoria a ........................ y sé su escudo. Cuida su sendero y protege su camino.
Proverbios 2:7-8
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