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Las recompensas de la obediencia

  • Stormie Omartian
  • 30 sept 2015
  • 3 Min. de lectura

Cuando llega la cuenta de luz, tal vez usted pueda pensar en cuatro razones para no pagarla:

1- “No tengo lo necesario”

2- “No sabía que tenía que pagar”

3- “No quiero”

4- “Me olvidé”

De esas razones, ¿cuál cree que la compañía de electricidad aceptará como una excusa válida para no pagar?

Usted lo adivinó, ninguna de las cuatro.

¿Cuáles de las mismas cuatros razones acepta Dios como una buena excusa para no vivir en obediencia a sus caminos?

De nuevo está en lo correcto. Ninguna de las cuatro.

No importa si sentimos que no tenemos lo que se requiere para realizar lo que Él quiere, o si abiertamente nos rebelamos, o no sabemos qué es lo que debemos hacer, o nos olvidamos de hacer lo correcto. La consecuencia es la misma: tinieblas.

Cuando no vivimos de la manera que Él nos pide que vivamos, sacrificamos mucha de la luz que podríamos disfrutar. No experimentamos el grado de su protección, quía y respuestas a nuestras oraciones que de otra forma podríamos disfrutar. Perdemos algunas bendiciones cuando no estamos dispuestas a hacer aquello que las debe preceder.

Cuando obedecemos a Dios, tenemos protección. Noé fue llamado a construir el arca porque Dios dijo: “Tú eres el único hombre justo” (Génesis 7:1). En realidad, lo que lo salvó a él y a su familia de la destrucción fue que era un hombre justo.

En nuestra vida podemos llegar a los lugares más maravillosos, lugares que nunca hubiéramos pensando ir por nuestra cuanta, simplemente porque Dios ve que nuestro corazón está dispuesto a vivir de acuerdo a Sus caminos. Cuando amamos a Dios lo suficiente como para obedecer lo que nos pide, nos colocamos bajo la cobertura de Su protección.

Cuando obedecemos a Dios, Él nos puede guiar.

Hay caminos que son correctos, y otros que no lo son, y no los podemos confundir. Si obedecemos a Dios, Él nos dará la luz de Su revelación y nos conducirá adonde debemos ir.

Cuando obedecemos a Dios, vemos respuestas a nuestras oraciones. Si usted ve que no está recibiendo respuesta a sus oraciones, pídale a Dios que le muestre si en alguna esfera de su vida ha descuidado obedecer Sus caminos. La Biblia dice que “recibimos sus mandamientos y hacemos lo que le agrada” (1 Juan 3:22). hay una correlación directa entre la obediencia y las oraciones contestadas.

Dios no está tratando de ser un dictador, Él simplemente quiere mostrarnos la forma en que vida se ve mejor. Él nos dice, “Si haces esto, yo haré esto otro”. En cualquiera que sea la esfera en que nos está tratando de enseñarnos algo que será para nuestro bien.

Pídale que le muestre si hay ciertos pasos de obediencia que Él quiere que dé. Él le responderá; puede depender en eso. Cuando usted llegue al lugar en el cual confía en Dios tan plenamente que obedece todo lo que Él le dice, encontrará que la obediencia no produce un dolor desgarrador, sino que es un privilegio. Usted obedecerá porque ama a Dios, y porque las recompensas son grandes.

Obedecerá motivada por el deseo de no dejar que nada se interponga entre usted y Dios. Obedecerá porque pagará el precio que sea necesario para que su propia luz no se apague.

 
 
 

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