Ora por las amistades de tu hijo
- Adaptado de Jodie Berndt
- 9 oct 2015
- 2 Min. de lectura
"El hierro se afila con el hierro, y el hombre en el trato con el homre" Proverbios 27:17
"La amistad duplica nuestro gozo y divide nuestro dolor" Proverbio Sueco

Todos queremos que nuestros hijos tengan buenos amigos. Además de la bendición de la amistad, no es secreto que, cuando los hijos crecen, pocas cosas influyen más sobre sus actitudes y acciones que las personas que los rodean. El autor Chuck Swindoll afirma: "Tus mejores amigos se convierten en modelos a imitar".
No necesitas ser psicólogo para comprender la veracidadd de estas palabras o para reconocer las posibles consecuencias que con el tiempo traerán las amistades de tus hijos. Me gusta el lenguaje claro de la Biblia NTV en Proverbios 13:21: "Los problemas persiguen a los pecadores, mientras que las bendiciones recomprensan a los justos". ¿ Con cuál grupo de corredores te gustaría que tus hijos participaran en la carrera?
La buena noticia es que podemos influenciar la selección de "compañeros de carrera" de nuestros hijos. ¿Cómo? Orando fervientemente.
En pocas ocaciones, Dios llena tus expectativas cuando oras. Más bien, Dios tiende a superarlas.
Esto puede llevar tiempo, lo importante es que nunca nos cansemos de orar por las amistades de tus hijos.
Cuando Dios no contesta tus peticiones de inmediato, podría estar dándote la oportunidad de edificar y demostrar tu fe al esperar en él.
por lo general, cuando oramos por las amistades de nuestros hijos, pedimos que Dios les dé amigos cristianos. Sin embargo, la amistad es una calle de doble vía. Todos queremos que nuestros hijos se rodeen de buenas influencias, pero ¿alguna vez te has detenido a pensar qué tipo de amigo quieres que tu hijo sea?
Me encantan los amigos que aparecen en Marcos 2:1-12, el pasaje donde Jesús sana a un paralítico. No es difícil imaginar la escena: Jesús había llegado al pueblo, y cuando la gente escuchó que él estaba ahí, se aglomeraron en la casa donde él predicaba. Había tanta gente que ni siquiera se podía conseguir un lugar para pararse frente a la puerta.
Cuando cuatro hombres aparecieron con un amigo paralítico, las posibilidades de entrar a ver a Jesús eran casi nulas. Con facilidad, se hubieran dado por vencidos al ver cómo todo conspiraba contra ellos: la presión de la multitud, el peso de la camilla, el polvo, el sudor, y el dolor de cuerpo. Sin embargo, dejaron de lado sus propias necesidades y perseveraron al abrirse paso hacia el techo para acercar a su amigo a Jesús. ¿Qué pudo haber motivado esa detern=minación tan increíble?

Es obvio: la fe en que Jesús tenía la habilidad de sanar debió ser el factor detonante. Pero en esta historia también es importante considerar el amor de esos hombres por su amigo. La tenacidad y el ingenio de llevar a ese hombre frente a Jesús, sin importar el costo en términos de tiempo, comodidad y conveniencia, me mantiene sentada frente a mi computadora en este momento para suplicarle a Dios que llene a nuestra familia de ese tipo de fe, ese tipo de esperanza y ese tipo de amor.
Orar por las amistades de tus hijos también requiere que ores para que ellos mismos sean el tipo de amigos que deseas que tengan.
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