Quebrando el "no puedo"

“Y a pesar de todo, oh Señor eres nuestro Padre, nosotros somos el barro y tú, el alfarero. Todos somos formados por tu mano”. (Isaías 64:8 NTV) En estos últimos años, en cada reunión de mujeres que he realizado, cuando comparten sus miedos o experiencias hay un común denominador que las aqueja, una tremenda frase que escucho en casi todas: "No puedo", acompañada, por supuesto, por otras frases igual de tóxicas: “es muy difícil”, “jamás cambiaré”, “ya es tarde para mí”. Las escucho hablar con palabras negativas como “nunca”, “jamás”, “no”. Me pregunto por qué ven sus vidas definitivamente concluidas, equivalentes a una estatua de mármol que no puede ser modificada. Se resignan: así serán para siempre. ¿Por qué dejamos de crecer y de cambiar positivamente? Porque pareciera que sólo está permitido decrecer, en espiral descendente. Cada día más amargadas, gritonas, controladoras, gordas o con canas. ​

Dios desea que cada día crezcamos para bien, que nos parezcamos más a Jesús. El ejemplo que puso para nosotras, de carne y hueso, tentado en cada área. Sin embargo, conservó un corazón sano hasta el final. ¿Cómo distinguir un billete falso de uno verdadero? ¡Sólo conociendo el original! Para saber cómo tener una vida llena de gozo, felicidad, agradecimiento y propósito. ¡Sólo imitando al original que Dios nos dejó! ¡A Jesús! Jesús quiere que tengamos un corazón como el suyo. Tu proceso recién comienza, solo debes tener la feliz anticipación de dejar moldear tu corazón, tu vida por la mano de Dios. Deja que Él se encargue de tus actitudes amargas, de tus rasgos egoístas. Definitivamente yo no soy la misma de hace cuatro años. La Palabra de Dios me ha hecho libre de pensar que jamás podría cambiar los aspectos de mi carácter que me traían tanto dolor, ahora trabajo junto con Dios, me dejo moldear día a día, hora a hora.

Declara este versículo a diario y prepárate para ser transformada en la mejor versión de ti misma: “Mi vida es como la aurora: ¡su luz va en aumento, hasta la plenitud del día!”. (Proverbios 4:18 RVC)"