La historia de dos hermanos

Becky podría haber usado una buena dosis de esperanza cuando sus hijos estaban pequeños. Jake y Evan ni siquiera habían dejado los pañales cuando descubrió que tenía una gran tarea en sus manos. becky hace un gesto y recuerda que parecía que los gemelos siempre peleaban, incluso, antes de nacer. esa madre todavía puede sentir los golpes y las patadas que se propinaban entre ellos en su vientre.

A medida que crecían, las discrepencias se tornaban más evidentes. A Jake le gustaba quedarse en casa y ayudarle a Becky en la cocina, en cambio Evan no podía soportar las ganas de salir todos los días, sin importar si hacía mal clima. le encantaba fabricar armas y cuchillos con los palos que hallaban en el patio, y soñaba con el día de acompañar a su padre a cazar venados. En consecuencia, Becky sentía más apego con la naturaleza apacible de Jake, mientras que Evan se ganaba un lugar especial en el corazón de su papá.

Los chicos comprendían que sus padres tenían favoritismos, y la adolescencia solo acentuó las rivalidades. Evan, un muchacho atlético a quien le gustaba pasar mucho tiempo al aire libre, era más fuerte y veloz que su hermano, y lo superaba como tirador. Sin embargo, Jake no se desanimaba; la mayoría de veces, descubría que podía ser más astuto que su corpulent hermano, y si su sentido común le fallaba, no le era problema echar mano de engaños o mentiras para hacer las cosas a su manera.

Becky presentía que el momento decisivo se acercaba. La salud de su anciano esposo flaqueaba, y ella sabía que él había revisado su testamento para dejarle la mayoría de sus posesiones a Jake, incluso el poder mayoritario del negocio familiar. Cuando Evan descubrió ese cambio, se enfureció y se consoló con la idea de matar a su hermano más adelante.

Quizá ya has descubierto que Jake y Evan no son nombres reales de esos jóvenes. En realidad, son Jacob y Esaú, los hijos de Isaac y Rebeca. Después de que Jacob riñera con su hermano gemelo (quien había nacido minutos antes que Jacob) por la primogenitura y la bendición de su padre, Jacob tuvo que correr por su vida, por temor a que Esaú cumpliera su plan de asesinarlo. En la actualidad, los conflictos familiares son sencillos en comparación con este conflicto que duró décadas.

Observa lo que les sucedió a esos hermanos: veinticinco años después de su huida, Jacob regresó a su tierra de origen en compañia de sus esposas, sus hijos y su ganado. Esaú salió a su encuentro con cuatrocientos hombres en buena condición física. Jacob debió haberse entido muy adrementado porque puso a su esposa favorita, Raquel y a su hijo José, en la retaguardia de su campamento, donde tendrían alguna protección contra el asalto certero de Esaú.

Sin embargo, algo increíble sucedió. Cuando Esaú vió a Jacob, corrió hacia él, lo rodeó con sus brazos y lo besó. ¡Los hermanos lloraron abrazados!

¿A qué se debió el gran cambio? ¿Qué sucedió con las intenciones violentas de Esaú y el resentimiento que debió mantener durante años? La Biblia no menciona que Isaac o Rebeca hayan intervenido. Tampoco dice si Jacob se disculpó por engañar su hermano; de hecho, el "lo siento: brilla por su ausencia en el relato. Todo lo que sabemos es que al prepararse para encontrarse con su hermano, a Jacob le temblaron las rodillas.

Entonces, jacob se volvió a Dios: "¡Líbrame del poder de mi hermano Esaú, pues tengo miedo de que venga a matarme a mí y a las madres y a los niños! Tú mismo afirmaste que me harías prosperar, y que mis descendientes serían tan numerosos como la arena del mar, que no se puede contar".(Génesis 32:11-12)

La oración sirve. En este caso, cambió el corazón de Esaú y permitió que una reunión impensable como esta sucediera. Si seguimos el ejemplo de Jacob y utilizamos las promesas de Dios como ancla para nuestras oraciones, podemos estar seguros de que responderá. Como Salmos 145:3 dice: "Fiel es el Señor a su palabra y bondadoso en todas sus obras".

Principio de Oración

Cuando oras de acuerdo a las promesas de Dios, puedes confiar que él las cumplirá.