top of page

No te compares

  • Maqui de Debroy
  • 26 nov 2015
  • 2 Min. de lectura

“Si alguien cree ser algo, cuando en realidad no es nada, se engaña a sí mismo. Cada cual examine su propia conducta, y si tiene algo de qué presumir, que no se compare con nadie”. (Gálatas 6:3, 4 NVI) ¿Te has sentido tentada a compararte con otras amigas? Las mujeres nos comparamos siempre. Si soy más flaca o no que ella o cómo cocina, habla o se viste. Hasta comparamos a los esposos, la casa o los hijos.

Es inevitable y sinceramente, una mala costumbre. A Dios no le gusta este comportamiento. Es más, le ofende. ¿Por qué? Porque mengua la originalidad con que nos creó a cada una, cada don que ha puesto dentro nuestro. Yo jamás podré cocinar como mi amiga Julia, ni cantar como Irene, o estudiar nutrición como lo hizo mi cuñada Monika. Son destrezas que Dios puso en cada una de ellas, hacen lo que hacen con felicidad. Yo sería tremendamente infeliz si tratara de hacerlo como ellas, casi imposible. Sin embargo, tengo otras habilidades que Dios ha puesto en mi, que me hacen especial y singularmente única. Cada vez que preparó una edición más de la revista, cada día en la radio, cada conferencia que doy o con cada página que escribo para este libro, me siento viva, emocionada y eso confirma que trabajo en el propósito que Dios pensó cuando me creó. Esto no me exime que cada día debo seguir desarrollando este don, mejorando.

Compararse siempre será malo, porque podemos sentirnos inferiores o superiores a otra persona y Dios nos garantiza que no fuimos creados en masa o en una línea de ensamblaje. Cada uno tendrá que dar cuentas si ha usado sus destrezas, si ha explotado sus habilidades en favor de su Reino, y mejor aún, si al hacerlo le ha sacado una sonrisa a Dios.


 
 
 

Comments


© 2023 by Closet Confidential. Proudly created with Wix.com

bottom of page