top of page

Vulnerable ante Dios

  • Maqui De Debroy
  • 7 ene 2016
  • 1 Min. de lectura

“El Señor cuida de los sencillos. Cuando yo estaba sin fuerzas, me salvó”. (SALMOS 116_1:6 DHHED) Un niño muy pequeño que hacia gran empeño por levantar un objeto muy pesado. Su papá, al entrar en la pieza, vio la lucha que sostenía y le preguntó: - ¿Estás usando todas tus fuerzas? - ¡Claro que sí!- contestó impaciente el niño. - No- le respondió su padre- , no me has pedido que te ayude. Esta historia me recuerda con ternura como nos ve Dios. Paternalmente parece preguntarnos si ya nos cansamos de “hacer de todo” con nuestras fuerzas. A muchas de nosotras nos cuesta ser vulnerables, pedir ayuda a Dios cuando lo necesitamos... Oscilamos entre ser mujeres independientes, con un lema interno que dice “todo lo puedo en mí que me fortalezco”. Nos quedamos en el mito de “mujer maravilla”, que no necesita a nadie o nos transformamos en mujeres afligidas, acongojadas y desconsoladas que parecen ahogarse en sus propias lágrimas. Dios con configuró para ser vulnerables, para pedir ayuda a tiempo siempre que lo necesitemos. Muchas veces el recurso de la oración es el último que usamos sin saber que es el más poderoso que tenemos.

Dios sabe qué necesitamos. Pero al orar y pedir ayuda, le demostramos a Dios nuestra vulnerabilidad y afirmamos que Él es quien dice ser: el gran yo soy.


 
 
 

Comments


© 2023 by Closet Confidential. Proudly created with Wix.com

bottom of page